Novenario en honor de Ntra. Sra. la Santísima Virgen de la Piedad

Madre de la Divina Gracia
Ruega por nosotros.
Día Cuarto
ORACIÓN
“Dios sueña contigo, María, y aún no te lo he dicho”.
Tú jugabas en su presencia cuando las fuentes aún no habían brotado, ni los montes se alzaban majestuosos.
Tú estabas presente cuando Él colocaba las estrellas del azul y apretaba al mar su cinturón perezoso.
Tú que realizaste el sueño de Dios enséñanos a decir “si” con sencillez de niños a los sueños de Dios.
Dinos que es fácil caminar agarrados de su mano fuerte y cumplir, como tú, su voluntad. Dios también sueña con nosotros.
¡Nuestra Señora de la Voluntad de Dios, Santa María de los Sueños de Dios!
MEDITACIÓN.
Día 4. Madre de la Divina Gracia.
<<Mujer, ahí tienes a tu hijo>> (Jn. 19,26). En este momento solemne de la Cruz, Cristo no la llamó madre, pues no le habla como hijo, sino como Dios. S. Juan nos representa a todos nosotros, por eso a todos se nos da como Madre, y el Vaticano II la ha proclamado, siguiendo toda la tradición, Madre de la Iglesia. ¡Estupendo descubrimiento para cada cristiano: La Madre de Dios es mi Madre! S. Estanislao de Kostka con razón decía: ¿No la he de querer si es mi Madre? ¿La queremos así nosotros?
Oración: Madre de la divina gracia, por cuyo medio Dios nos da ese ser divino que nos une a Cristo y nos hace hijos de Dios y herederos de su misma vida divina, danos conocimiento y aprecio de la gracia, nuestra mayor dignidad, y ayúdanos a agradecer a Dios tan increíble beneficio. (Nuevo Devocionario, guía de caminantes. J. Luis de Urrutia, S. J.)
FELICITACIONES EN HONOR DE NTRA. MADRE Y REINA DE PIEDAD.
1ª Madre de la Piedad y Reina nuestra, te felicitamos y damos nuestra enhorabuena, porque nos tomaste como hijos aquel día que dijiste “Me quedo”.
Dios te salve, María…
2ª Madre de la Piedad y Reina nuestra, te felicitamos y damos nuestra enhorabuena, porque eres nuestro tesoro más querido desde aquel día que dijiste: “Me quedo”.
Dios, te salve, María…
3ª Madre de la Piedad y Reina nuestra, te felicitamos y damos nuestra enhorabuena, porque eres la “Ricona” de nuestro caminar y nos proteges en todos los peligros desde aquel día que dijiste: “Me quedo”.
Dios, te salve, María…
Pidamos la gracia que deseamos alcanzar por mediación de Nuestra Madre la Virgen de la Piedad, en esta novena.
ORACIÓN FINAL
Señor, concede a la Madre Iglesia que dio a luz a hombres terrenos por naturaleza, pero celestiales por la vida surgida de la fuente virgen del bautismo, poder conducirlos, mediante el Evangelio de la vida y los sacramentos de la gracia, a la plena identificación con Jesucristo, su autor, que nació de la Virgen fecunda y es primogénito entre muchos hermanos y Salvador universal. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
SALVE. Dios te salve Reina y Madre…
HIMNO DE LA CORONACIÓN CANÓNICA.
Ya tiene cetro, también tiene corona,
ya cada viva al aire lo pregona,
ya es Reina nuestra Madre de Piedad:
y el pueblo de tu amor, que es Villanueva,
en cada corazón, Madre, te lleva
¡qué ese es tu bello trono de verdad!
I
Alégrate, María,
por esta tierra mía,
que es tuya porque a Ti se te ha entregado
y abrazada a Tu llanto se ha quedado:
¡hoy es el día,
Virgen de la Piedad y Reina mía,
de hacer cantar al corazón cansado!
Ya tiene cetro, también tiene corona,
ya cada viva al aire lo pregona,
ya es Reina nuestra Madre de Piedad:
y el pueblo de tu amor, que es Villanueva,
en cada corazón, Madre, te lleva
¡qué ese es tu bello trono de verdad!
Letra: Nicolás Sánchez Prieto – Música: A. B. Celada Alonso
¡Viva la Virgen de la Piedad!