Novenario en honor de Ntra. Sra. la Santísima Virgen de la Piedad

Virgen prudentísima
Ruega por nosotros
Día Octavo
ORACIÓN
Oh Virgen María, Tú, creyendo y obedeciendo el mensaje divino, engendraste en la tierra al mismo Hijo del Padre. Cubierta con la sombra del Espíritu Santo, como una nueva Eva, practicando la fe, no adulterada por duda alguna, no por la antigua serpiente, sino con el mensaje de Dios, diste a luz al Hijo de Dios, a quien Dios constituyó como primogénito de muchos hermanos; a saber, los fieles a cuya generación y educación cooperas con materno amor. Haznos obedientes y creyentes de tu Hijo y de tu amor maternal. Amén.
MEDITACIÓN.
Día 8. Virgen Prudentísima.
<<Las vírgenes prudentes tomaron aceite para sus lámparas>> (Mt. 25,4). Y María llenó su lámpara de fe: <<Feliz porque has creído>>, le saludó Sta. Isabel. Llenó su lámpara de amor: <<Mi amado es mío y yo suya>>, dice el Cantar de los Cantares (2,16). Llenó su lámpara de esperanza: <<Guardaba todas las palabras de Jesús en su Corazón>> (Lc. 2,51). <<Yo soy la Madre del amor hermoso y del temor y del conocimiento y de la santa esperanza. Doy con todas estas cosas los bienes eternos a mis hijos>> (Eccli. 24, 17).
Oración: Virgen prudentísima. Feliz Tú, que supiste creer y ser consecuente con tu fe: primero hasta la castidad y luego hasta la consagración total al Señor. Feliz Tú, que llenaste tu lámpara hasta rebosar. Ilumina nuestra confusión, enciende nuestra fe, calienta nuestra tibieza. Danos la prudencia sobrenatural de verlo todo con ojos creyentes y a la luz de la eternidad. Para alcanzar así la felicidad esperanzada de esta vida y la inagotable de la otra. (Nuevo Devocionario, guía de caminantes. J. Luis de Urrutia, S. J.)
FELICITACIONES EN HONOR DE NTRA. MADRE Y REINA DE PIEDAD.
1ª Madre de la Piedad y Reina nuestra, te felicitamos y damos nuestra enhorabuena, porque nos tomaste como hijos aquel día que dijiste “Me quedo”.
Dios te salve, María…
2ª Madre de la Piedad y Reina nuestra, te felicitamos y damos nuestra enhorabuena, porque eres nuestro tesoro más querido desde aquel día que dijiste: “Me quedo”.
Dios, te salve, María…
3ª Madre de la Piedad y Reina nuestra, te felicitamos y damos nuestra enhorabuena, porque eres la “Ricona” de nuestro caminar y nos proteges en todos los peligros desde aquel día que dijiste: “Me quedo”.
Dios, te salve, María…
Pidamos la gracia que deseamos alcanzar por mediación de Nuestra Madre la Virgen de la Piedad, en esta novena.
ORACIÓN FINAL
Oh Dios, por tu poder y tu bondad la Virgen María, fruto excelso de la Redención, brilla como imagen purísima de la Iglesia. Concede a este pueblo tuyo que peregrina en la tierra que, fijo sus ojos en ella, siga fielmente a Cristo hasta que llegue aquella plenitud de gloria que ya contempla con gozo en Santa María.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén
SALVE. Dios te salve Reina y Madre…
HIMNO DE LA CORONACIÓN CANÓNICA.
Ya tiene cetro, también tiene corona,
ya cada viva al aire lo pregona,
ya es Reina nuestra Madre de Piedad:
y el pueblo de tu amor, que es Villanueva,
en cada corazón, Madre, te lleva
¡qué ese es tu bello trono de verdad!
I
Alégrate, María,
por esta tierra mía,
que es tuya porque a Ti se te ha entregado
y abrazada a Tu llanto se ha quedado:
¡hoy es el día,
Virgen de la Piedad y Reina mía,
de hacer cantar al corazón cansado!
Ya tiene cetro, también tiene corona,
ya cada viva al aire lo pregona,
ya es Reina nuestra Madre de Piedad:
y el pueblo de tu amor, que es Villanueva,
en cada corazón, Madre, te lleva
¡qué ese es tu bello trono de verdad!
Letra: Nicolás Sánchez Prieto – Música: A. B. Celada Alonso
¡Viva la Virgen de la Piedad!