Con la intención de que no caiga en el olvido, de que llegue a las nuevas generaciones y nunca deje de transmitirse de padres a hijos, de abuelos a nietos…

«Leyenda de cómo apareció la Santísima Virgen de la Piedad en esta Villa de Villanueva de Alcardete»
Hay una leyenda hermosa, la que da nombre a este pueblo, la de la Excelsa Virgen en cuyo honor los festejos celebramos orgullosos todos los alcardeteños.

Tras de muchas discusiones seguían en desacuerdo para elegir Santo o Santa que fuera patrón del pueblo.
Pasaban por aquel tiempo con frecuencia al Quintanar bastantes carretilleros, transportando en sus carretas piedras, maderas, yeso…

Y un domingo de noviembre, el segundo por más cierto, hacia el pueblo ya citado iban varios carreteros. Cuando llega una carreta al sitio en que se alza excelso el Camarín que a la Virgen hoy le sirve de aposento en nuestra preciada iglesia, (…) la carreta se para.
Como mil veces ha hecho anima y pincha a los bueyes; estos hacen un esfuerzo y no consiguen moverla con ser esfuerzo tremendo. Parece que la han fijado con fuertes garfios al suelo.

Uncen otro par más fuertes a los que uncieron primero, los animan y los pinchan todos a diestro y siniestro y hasta algunos les ayudan… sin lograr a pesar de ello que la carreta se mueva.

Hay que salir del apuro, y que deben al momento enganchar los otros bueyes, para que con el esfuerzo de las ocho o nueve yuntas conseguir así el objeto.
Las picas se hunden con rabia en aquellos yacos recios que se tienden cuanto pueden pegando el hocico al suelo. (…) La carreta sigue igual, como clavada en el suelo (…) a pesar de tanto esfuerzo.

El que era jefe de ellos, para cerciorarse al fin de si el bloque berroqueño pudiera por lo pesado ser la causa de aquel hecho, observa con extrañeza que, era de un término medio, y pensó el echarlo abajo; y tanteándolo a efecto se admiró más aún, al ser tan leve su peso, que sin esfuerzo ninguno podía arrojarlo al suelo.
Lo empuja, lo tira pronto y en aquel mismo momento la carreta echaba a andar sola, por un cierto trecho, como haciendo más espacio para que al juntarse el pueblo pudiera admirar mejor el milagroso suceso…

Y, ¡oh, musas, divinas musas! Inspirad mi pensamiento y haced que salgan sonoros y claros mis pobres versos, para cantar el prodigio que este pueblo alcardeteño conserva de boca en boca de aquellos lejanos tiempos…
La piedra al caer se partió en diferentes fragmentos; pero, con tal perfección en el más grande de ellos apareció en escultura la Madre del Hijo Eterno con Él en sus santos brazos llena de amor y de duelo, que, la palabra «¡Milagro!» se escapó de aquellos pechos, y atronaron los espacios las voces del pueblo entero.

Llegaron las autoridades, y admiraron con inmenso asombro, la perfección del peregrino portento. Doblan todos la rodilla a indicaciones del clero y entonan emocionados el más solemne «Tedeum».
«Amados alcardeteños, ya están viendo nuestros ojos el hecho bien claro e intenso que para gloria de todos nos envía el Ser Supremo. Él ha tenido piedad, de la discusión sin término que para elegir patrón sostenía el pueblo entero y nos envía a la Virgen para que la proclamemos como Reina de Piedad, la patrona de este pueblo.»
Los vivas y aclamaciones que a estas palabras siguieron fueron tantas y tan fuertes que se oirían en el cielo…
«Y desde entonces yo sé que en lo más hondo del pecho, donde fluyen a raudales los cariños más intensos; donde reina la virtud, donde mana el sentimiento, donde el amor se condensa como un divino destello, en ese rincón bendito tienen los alcardeteños un Alcázar consagrado a la Reina de los cielos, la Virgen de la Piedad, como Patrona del pueblo.»

Dibujos
D. Agripino Lozano Perea

Texto
D. César Collado Castell

Edición Web
© Mayordomía 2015
A la memoria de D. Agripino y D. César por su aportación a que esta leyenda siga viva y a la de todos nuestros mayores que nos dejaron este hermoso legado.
«Leyenda de cómo apareció la Santísima Virgen de la Piedad en esta Villa de Villanueva de Alcardete»
